Hoy es un día especial. Hoy se cumplen cuatro años desde el día que comenzó el cambio más significativo en mi vida hasta ahora. Aquél, tan lejano como cerca, siete de septiembre, marcó un punto de partida en lo que se iría convirtiendo en mi vida actual, muy diferente a lo que era hasta entonces. Fue el día que empecé una vida ligada a una persona muy, muy especial para mi. Esta persona para mi ha sido, y seguirá siendo, ESTHER, con mayúsculas, porque no tengo otra forma de dirigirme a ella.
Ella es a la que le debo prácticamente la mayoría de mis éxitos de los últimos años. Con mucha paciencia fue una y otra vez mi modelo particular, mientras yo comenzaba a conocer mi primera cámara y necesitaba aprender por mi cuenta. Fue la que me apoyó y me animaba a seguir hacia delante. Era la que me cubría de halagos cada vez que hacía algo nuevo, y la que me daba su opinión más sincera cuando creía que algo lo podía hacer mejor. Una de las pocas personas que, aparte de mi familia, siempre creyó en mi y en lo que sería capaz de conseguir con esfuerzo. Y es que fue ella la que más me ayudó a enterrar todas mis inseguridades, la que se enorgullecía de mis éxitos como si suyos propios fuesen. Siempre fue ELLA.
Ha llovido mucho desde entonces… he hecho muchas fotos… a muchas personas… he tenido la suerte de conocer a muchísima gente, personas magníficas que ahora forman parte de mi vida y que también me apoyan, se alegran por mi, y me animan a continuar… pero ELLA… siempre será… la primera.
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